Timoclea fue una mujer griega que decidió rebelarse contra su violador, arriesgando casi su propia vida.
Nacida en Tebas, era hermana de Teagenes, el último comandante del famoso batallón sagrado.
En el 335 a.C., durante la campaña de Alejandro Magno en los Balcanes, la ciudad fue conquistada. El jefe de una banda tracia, también llamado Alejandro, ocupó la casa de Timoclea, se hizo servir la comida y luego agarró a la mujer, la llevó a una de las habitaciones y la violó sexualmente. Cuando terminó de violarla, la sometió a un interrogatorio para averiguar dónde se escondían más riquezas. Tras amenazarla, le ofreció quedarse con ella y casarse con ella.
Timoclea vio la oportunidad de vengarse de la violencia. Esa misma noche, condujo a Alejandro a un pozo en el que, según él, había escondido sus posesiones.
Se asomó al pozo intentando ver el tesoro, pero por supuesto no había nada esperándole. Timoclea le empujó y le hizo caer al fondo (la escena está bien representada en el cuadro de 1659 de Elisabetta Sirani, en la imagen).
Inmediatamente después le lanzó todas las piedras que tenía a mano, hasta matarlo. Los soldados de la banda tracia la descubrieron pero, habiendo recibido órdenes de detener la matanza, la llevaron ante su general Alejandro Magno.
Elisabetta Sirani, Timoclea matando al capitán de Alejandro Magno (1659), en Nápoles, Museo de Capodimonte. |
Alejandro admiró tanto el discurso de la mujer que la dejó libre.
Fuente: Misteriopolis - Plutarco, "Alejandro" (12), "Mulierum virtutes" (24)
Fuente: Misteriopolis - Plutarco, "Alejandro" (12), "Mulierum virtutes" (24)
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